En nuestra vida diaria también bebemos hongos con mucha frecuencia. No es que los bebamos directamente, pero necesitamos hongos para elaborar, por ejemplo, la cerveza; la levadura de la cerveza es la que se encarga de la fermentación de esta bebida.
En todo el mundo se cultivan y utilizan los hongos para la preparación de alimentos. En el sudeste asiático, las tortas de pan, hechas de habas cocidas de soja, son transformadas por medio de hongos en un alimento altamente nutritivo llamado tempeh; y de China y Japón procede un té de hongos que convierte el té azucarado en una bebida aromatica y acida (kombucha). Y no olvidemos que la penicilina se obtiene del cultivo de determinados hongos del moho.
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